La silla avanza
hacia el objetivo, la señora que va en ella sonríe, seguramente le
gustan las fotos. Imagino que al llegar a su casa rescatará sus
álbumes de juveniles recuerdos.
Unos minutos más tarde el
joven de bermudas verdes mira a la cámara indagando. Lleva una
mochila negra y va consultando su móvil. Al pasar a mi lado se para
unos segundos y dice: "No me gusta que me hagan fotos".
Luego sigue su camino, bastante despreocupado. El tiempo juega a su
favor y se detiene a hacer una foto también.
Me muevo unos
pasos y cambia el ángulo de visión. En un balcón un perro labrador
observa. Entra en la casa como si alguien lo hubiera llamado.
Posiblemente salga a dar su paseo, se oye un lejano ladrido señal de
alborozo perruno.
Localizo con la cámara la última foto del
día. Otro balcón, éste con algunas macetas de geranios y una mujer
sentada en una silla. Lleva puesto un delantal blanco sobre su ropa.
Está cerca, ve la cámara y me saluda con la mano amistosamente y
así se convierte en mi última foto de un día soleado de tibia
temperatura. La colgaré en Facebook esta tarde.
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