viernes, 17 de enero de 2025

UN SURTIDO DE TRISTEZAS



Días recorridos por un surtido de tristezas, la luz no se inmuta, rebota en el espejo y deja una marca oscura en la cintura de la noche. Algo tiembla en el fondo de la palabra, el aire escaso y el deseo de una despedida te hieren. Juntas vocablos a ciegas por los pasillos intentando consolar a esa cruel madrugada. El amanecer tarda, mientras el intruso golpea interruptores de la vida.

El vientre yermo de la bóveda escandalizada tritura las alas que el día te concedió. Has corrido los riesgos de una libertad prestada en las horas matutinas y el castigo viene en la oscuridad. No te llama por tu nombre, utiliza términos malditos y desobedece impunemente la ley del cielo.

Mil cuchillos afilados se clavan en tu cráneo y los pensamientos divagan equivocados, buscando una senda que los oriente hacia la calma.

La lucha horroriza a los ángeles nocturnos y el miedo te mantiene al borde de un precipicio. Aterrada descubres en el silencio los confines de la muerte, ruegas que sea la suya para liberarte. Has medido las posibilidades de un asesinato y tus venas palpitaron sobre las veredas de las calles vacías. La ira despierta su deseo de matar y puede hacerlo sin dejar huellas, la distancia le protege.

Es extraño que aún así puedas escuchar las canciones de amor a pesar del peligro que corre tu latido. Algo que jamás tendrás, en tanto su presencia se repita.


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