Si
no supiera qué amor eres
ni
tú supieras qué amor soy,
habríamos
perdido nuestra estrella.
(Joan
Margarit - "Amor y supervivencia")
Cerca
de ti se le muere la tarde, los días se le convierten en astillas
que no lamerá el fuego. Las horas vagan turbias por una esfera de
otro tiempo, como si cayera en una eterna despedida, como esa lluvia
torpe que deslumbra a los paraguas.
Tal
vez no quisiste acuchillar sus pasos y abocarla al tropiezo, tal vez
fue la desesperación y la rutina de los secretos olvidados. Tal vez
un espasmo del llanto te desquició la noche. Quizá eras así, un
grito maléfico, y ella no te había visto la lengua desnuda. Quizá
le enseñaron que el otro era el más fuerte y aprendió a vivir
debilitada en su silencio.
Hoy
busca un permiso para asomarse a la ventana del océano y descansar
su mente de tus paradojas. Siembra olas en sus ojos y aborrece el
rincón que comparte, sale al viento y al sol y al paisaje que te
esquiva. Hoy se nutre de otras vidas, escondiendo su mirada entre las
páginas, mientras eleva una plegaria.
A
veces ve un camino sin escombros y se siente a salvo del desamor que
le ofreces.
Hasta
los monosílabos pesan entre sus labios para contestarte a las
costumbres.
Apacigua
su cuerpo en la danza de un escenario, su corazón hambriento brinca
con cada salto de los bailarines, invadido por la celestial música.
Sus dedos tamborilean arpegios sobre su regazo. Sus manos quieren ser
libres aplaudiendo y te niegan en su pensamiento: son aves sin
caricias intentando posarse en alguna rama.
La
voz se le quiebra hilando una frase que empieza a alejarse. La
quietud de sus formas no desequilibra tus egoísmos, los mantienes en
pie sordo a sus reclamos.
El
sol baja el telón y acalla su relato, los bosques se visten de
negro, las ventanas se cubren de cortinas y discursos interiores.
Va
a su cuarto, mulle su almohada y recuesta al libro que dormirá con
ella.
Qué bien escribes tía, me encanta 🤩
ResponderEliminarGracias, Nati. Beso grande.
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