jueves, 3 de abril de 2025

MARGARITAS AMARILLAS





En sus tiestos, todas las plantas
desconocidas, nuevas,
me miraron de pronto
como seres benignos
que pedían respeto
dándome su cariño.
(Ida Vitale - "Invernadero")


A menudo pienso en un mundo nuevo, en el latido cercano que nos dejaste, en tus manos atrapadas por la tierra, en tu sonrisa hacia el verde o el colorido camuflaje de los parterres...

Pienso en regalarte mi amor tan secreto y enterrarlo a tu abrigo, que custodies ese pedacito de mi alma y las margaritas amarillas.

Creo que ha llegado el momento de embarcar tu risa hacia el horizonte marino. Podremos ponernos junto a ti bajo la bóveda celeste y unirnos en una plegaria de flores silvestres. Es posible que nos cuentes cómo se agita el oleaje nocturno, transmitiéndote los sueños de los viajeros. Tú misma atravesaste un océano ilusionada con el misterio de otras costas. Fuiste allí a buscarnos sin saber que llegaría la despedida. También encontraste el amor y danzaste con él hasta que los dioses vinieron a buscarlo.

Te llamamos algunas veces sin darnos cuenta de que te has ido al lugar de los abrazos, donde la luz te acoge. Te nombramos una y otra vez como si todavía pudieses participar de nuestras dudas y aflicciones, esperando que de algún modo te pronuncies y nos aconsejes.

Vivimos en la utopía azul de tu mirada que nos protege aún desde alguna parte, como si fueras a abrir la puerta y sentarte entre nosotras.

Sin embargo, tu ausencia crece y madura en nuestro pensamiento, dispuesto todavía a errar y situarte en el presente. Eres suma de recuerdos cuando evocamos tus pequeñas hazañas y también las grandes.

Nos enseñaste la lucha vital y nos aferramos a tu ejemplo, para no decaer en las situaciones difíciles. Guardamos tu legado en nuestros pequeños cofres, donde palpitan los días.

Tu nombre se llama amor en nuestros labios.





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