viernes, 26 de julio de 2024

CASA PRISIÓN

 


Tengo mucho miedo. El mar está oscuro, gris oscuro. Las nubes ennegrecidas. Salí de la casa prisión porque el miedo no me dejaba respirar. El movimiento me relaja, alejarme de él también. Hace mucho que le tengo miedo.

Es encantador para todo el mundo, cómo decir algo malo de él, cómo explicar que me hace sentir tan insignificante. Que sus palabras me destrozan. Que su absoluta indiferencia es cruel. Que el miedo y el nerviosismo me vuelven torpe, pierdo la serenidad y no sé que es lo que tengo que hacer. Entonces me trata de inútil, que no pongo atención en lo que hago suele decir.

Me limita, me controla,  le molesta que ría, le molesta cuando hablo por teléfono con mis amigas, le molesta que quede a tomar un café con una amiga, también le molesta que vea a mi hija. Sus celos de todo son enfermizos y peligrosos.

En dos ocasiones estuvo a punto de matarme. Consiguió controlarse en el último momento.

La ira le ciega y rompe mis cosas, ya casi no me quedan fotos de mi niña cuando era pequeña.

Una vez, fuera de control, escupió en mi plato y me obligó a comerlo.

No quiere que trabaje, no quiere que haga nada.

Sí llego tarde, o lo que él considera tarde, siempre tiene preparado un castigo. Una de esas veces fue cuando estuvo a punto de matarme.

El mar está oscuro, el cielo también. Hace media hora que estoy apoyada en la barandilla viendo el mar. Ahora respiro, pero siento miedo de volver.

Tengo que salir de esa casa prisión, tengo que salir antes de que me mate.





No hay comentarios:

Publicar un comentario

ME GUSTA

Seguidores

"Te podría contar..."




Archivo del blog