Me
tuve que quedar en casa todo el día y la memoria se me llenó de
pasado, repleta de aquel cumpleaños. Una compañera de colegio me
había invitado a su casa a celebrarlo y su padre había venido con
el coche a buscarme. En aquellos tiempos no era tan normal tener
coche propio, mi calle era una calle tranquila apenas pasaba un coche
cada cierto tiempo, jugábamos en la calzada sin ningún tipo de
peligro.
El padre de Gloria no tuvo ningún problema para
aparcar frente a la puerta de mi edificio. El portal siempre estaba
abierto, no fue necesario que tocara el timbre desde abajo. Subió
con su hija Gloria y otras niñas que iban invitadas.
El
silencio de la tarde y la paz en la calle me llevaron a revivir
nuevamente aquel día. Yo no le había dicho nada a mi madre porque
me parecía increíble que el padre de Gloria fuera a buscarme en
coche.
Mi madre abrió la puerta sorprendida. No esperábamos
a nadie, aunque también podía ser alguna vecina. Pero no, era
Gloria, su padre y un par de niñas más que iban al cumpleaños.
El
presente me encoge el corazón, la desilusión vino tal como la había
sentido en aquel momento. Deje el libro que estaba leyendo a mi lado,
sobre el sofá. Me entregué por completo a la nostalgia. Apoyé la
cabeza en el respaldo y miré al techo, como si los recuerdos
estuvieran en un lugar muy elevado. Vi un mosquito cerca de la
lámpara. Salí despacio del salón y fui a buscar la fregona, arma
infalible para insectos posados en el techo. Entré blandiendo mi
arma y con un movimiento rápido y certero aplasté al mosquito y lo
limpié con la fregona. La enjuagué y la dejé en su sitio. El
mosquito flotaba en el agua del cubo que vacíe en el váter.
Me
volví a sentar y regresé a esa tarde de cumpleaños. Mi madre le
había dicho al padre de Gloria que no podía ir porque tenía un
compromiso. No era cierto, pero tampoco era una mentira, los domingos
por la tarde íbamos a casa de doña Luisa. Donde, por otra parte,
me divertía mucho.
Esa tarde de domingo, en el gallinero de
la casa de doña Luisa, desaparecieron una media docena de lombrices.
Las descuarticé con un palo y se las tiré a las gallinas.
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