viernes, 3 de enero de 2025

DESPERTAR


La mirada repleta de invierno, el vacío en el pecho como si carecieras de vísceras, las manos en los bolsillos como puños de la derrota, un canto al cielo y a la esperanza, sin armas de momento para una nueva victoria...

El día empieza muy pronto aunque todavía tengas noche entre los párpados. Te seduce el sueño posado sobre la almohada. Quieres volver a tenerlo como si fuera un niño pequeño que acude a tu regazo.

La tristeza conversa con el primer café del día.

Flotas en el aire con tus mejores pensamientos, sueles decirlos en un murmullo y se hacen jirones rozando la mañana. Te duele, la realidad te duele y te aprieta la garganta. Sólo una cascada de lágrimas podría vencer al dolor. Dormir es siempre una tentación pacífica, una huida de las garras que atenazan la oscuridad antes del amanecer, porque todos los símbolos se esconden y la visión es terrible sin luces que te acompañen.

Poco a poco las sombras se disipan y encuentras el valor para dar un paso tras otro. Todavía te sirve la canción que escuchaste y eres libre dentro de ella. A pesar de la dureza de las cadenas, siguen fluyendo las horas y te cuentas una mentira otorgándote así el beneplácito de la vida. Un cuento más para poder abrir los ojos.

Vagas en la penumbra matutina buscando razones que te sostengan.





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