martes, 16 de junio de 2009

DIARIO IV

06:00H- Cada día me despierto más temprano, esto comienza a preocuparme. Hoy es un día MEA CULPA. De todos modos, no voy a entonar la letanía, porque sólo me siento responsable de los actos, a veces mal controlados, a los que me induce la desesperación de la situación emocional.
Nuevamente llueve a cántaros. Raúl, al contrario que yo, cada día tarda más en hacer acto de presencia en el mundo. Aún así su estado mejora poco a poco, ayer comió, casi devoró, la fabada. Como contrapartida se pasó toda la tarde tumbado en el sofá, conectado al mp3 y a Leonard Cohen, en fin. Me gusta Leonard Cohen, pero dadas las circunstancias y a pesar de su edad preferiría que escuchara a Melendi o a Mala Rodríguez.

17:00h- EL CORREO DE LUCÍA.
Hola mami/blue:

Sé sincera y cuéntame cuántas baldosas has contado en las últimas dos semanas. ¿Cómo está Raúl? Dale un abrazo muy fuerte de su sobrinita Lucía.

Aquí todo va como la seda. ¡Sorpresa!, ya tengo el primer capítulo de mi novela.

Charly hace quince días que no me roba la estilográfica, tampoco me ha regalado todavía la que me prometió.

No seas holgazana y escríbeme.

Besos, muchos besos. T.Q.


EL CORREO DE CHARLY.
Hola viejita linda:

No escribiste ni llamaste, espero que todo esté bien. El descastado de tu hijo tampoco llama desde que se fue a Ibiza.

¿Cómo anda la reconciliación de tu hermano con la vida? Estoy pensando en escribir una canción para él. Más adelante, claro. Por ahora estoy dando los últimos “retoquitos”, el maquillaje final, a la que le escribí a Lucía. Cuando la escuches se te va a caer una lágrima en la arena donde buscas la luna llena, jeje.

Escribe, viejita. Te queremos mucho y te extrañamos.

23:00h- A esta hora Ron suele estar ya enroscado –no “enrocado”, de estar contra la roca- sobre sí mismo. Sin embargo, se ha convertido en uno de sus ritos apoyar su cabeza sobre mi regazo mientras escribo y eso hace en estos momentos. Si me extiendo desiste, porque me distraigo y olvido acariciarlo.

Raúl fue al cine. Todo un acontecimiento, al menos así lo deseo. Esperaré a que regrese, sólo por saber si abrirá la boca para emitir alguna palabra que no tenga relación con la ruptura de su pareja.

MEA CULPA. Ayer por la tarde entré en el Corte y contra mis principios anticonsumistas o, mejor dicho, contra el derroche innecesario, me compré un vestido que supera en cifra a todo lo que he gastado en mi vida en una prenda de vestir. Salí tan contenta –me sienta bien, la verdad- como culpable y olvidé perfumarme con MIRACLE en el stand de Lancome. Otra de mis manías que procuro controlar.

Te olvido. No sé cómo sucede, sólo que va ocurriendo, quizá desde hace tiempo.

(Aspa. Viento. Destino en remolino. Ese hilo inaprensible que pretende su meta. La sombrilla traza una mueca triste. El sol cambia alrededor de mi toalla, ahora te describe sonriente. “Caballero, permítame que le diga que todo es una tontería, salvo inventarle a usted en mi libreta de caligrafía. Firmado: La que adivina.” La trama del pasado se pierde en cajas y cajitas. Soy y seré toda presente.)

00:01h- Raúl aún no ha llegado. He logrado aburrir a Ron, bebió y se fue cabizbajo a la alfombra.

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