viernes, 11 de diciembre de 2009

11/12/2009 - Viernes.




"No cuesta nada imaginar el fastidio de Cordelia y su destino. Tratada como una desconocida, vigilada en cambio a distancia, perseguida en el jardín. Aquellas interminables charlas nocturnas, toda nuestra presunción y nuestra falsa amistad. A veces se hacían promesas.

... los ruidos en la buahrdilla, los pasos de dos hombres que ni toman ni dejan, ni consuelan, ni inquietan. No conviene mezclar lo despreciable de la conducta de estos hombres con mi privilegiada situación y sin embargo en la cabeza de Cordelia cabe pensar que todo se confundía". (Los oficiales y el destino de Cordelia, Ray Loriga)

* * *

Gatos de bombillas al contraluz de una luna, la navidad maúlla en mi calle cuando anochece.

Ayer noche saluda. Sonríe. La conveniencia de un estado anímico en la convivencia de las veredas.

La plaza tomada. Hace frío y los niños no juegan. En la esquina un surtido de motos sin conductores.

Evito entrar en el supermercado, repaso mentalmente las necesidades de la despensa y subo sin el peso de los nutrientes. La faena doméstica espera como un puzzle desarmado -casi exacto, los fragmentos de papel y su ira contenida-, el aseo del aseo, la recolocación de almohadones cuyo apoyo es dudoso... , y mientras tanto las canciones que insertan sus órdenes o desórdenes en el pensamiento. Mejor así que la permisiva mudez modelando y reestructurando los esquemas del olvido, del recuerdo, el arrepentimiento, la certeza, duda, presentimiento, expectativa o desesperanza...

Y de pronto llega el momento de cerrar el libro -me faltaba leer el último párrafo del cuento- y echarse en brazos de ese abismo que, como ellos, oculta sus inquietudes, dejándome cada vez más desamparada.

Alarma de claro y agudo sonido, los alfileres todos en el cuero cabelludo. Persiste la noche, contra la audacia del reloj y mi sonambulismo, en busca de la insustituible cafetera. Hoy sí, no hay cuentos que me valgan, la radio, las noticias...

Pienso que extraño el cuerpo del extraño. Casi siempre antes de la frontera cosida a la sábana, intuyo una cálida forma situada a mi espalda.

El café está listo. Nobel. Paz. Guerra. Tropas. Huelga de hambre. Manifestación.

En Myanmar una mujer, Aung San Suu Kyi, sufre prisión premiada y nunca propuso una guerra sino una democracia. Las paradojas políticas.

La temperatura de la calle me congela la nariz. No, el olfato no.

Comienza el fin de semana y siempre surge una lista hipotética de actos libres, relaciones y deseos. El cine, las exposiciones, el sol... Por qué después los barrotes tensan los rayos solares y los depositan sobre el suelo de linóleo como una sentencia inmerecida...

Aviones. Un desplazamiento, un paisaje diferente y tal vez un encuentro. Sus estelas trazan renglones a expensas de palabras invisibles. Los veo desde la atalaya que observa los tejados.











ME GUSTA

Seguidores

"Te podría contar..."




Archivo del blog