domingo, 25 de abril de 2010

La cercanía del cielo.


“Sólo yo entiendo lo lejos que está el cielo de nosotros; pero conozco cómo acortar las veredas. Todo consiste en morir, Dios mediante, cuando uno quiera y no cuando Él lo disponga. O, si tú quieres, forzarlo a disponer antes de tiempo”.(PEDRO PÁRAMO, Juan Rulfo)


“Tenemos deudas que hay que pagar. Si no las hemos abonado tenemos que llevárnoslas a otra vida para saldarlas. Al pagar las deudas progresamos. Algunas almas lo hacen más deprisa que otras. Si algo interrumpe tu capacidad de pagar esa deuda, tienes que regresar al plano del recuerdo y esperar allí hasta que vaya a verte el alma con la que tengas la deuda. Cuando las dos podáis volver a un forma física al mismo tiempo, se os permitirá regresar, pero el que decide cuándo volver eres tú. Tú decides lo que hay que hacer para pagar esa deuda”.(LOS MENSAJES DE LOS SABIOS, Cap. 3:EL REGRESO, El karma y las lecciones, BRIAN WEISS)


Sí, gracias.

Pendiente de los disfraces dispuestos por el cielo, abro y cierro, vuelvo a abrir. Un par de palomas vuelan juntas y se posan en el tejado de enfrente. Decido dedicar el día a la lectura, debería salir a caminar, mi espalda resentida lo necesita y, aún así, engancho el libro y no lo suelto salvo en los incisos, comida, limpieza...

Tenía una deuda pendiente con esa novela desde hace tantos años... No sé por qué no la leí antes. Supongo que éste era el momento. Recordé a casi todos aquellos amigos que me la habían recomendado, sin embargo ha sido la última recomendación la que surtió efecto... y me alegro tanto de haber seguido el consejo, gracias.


Vengo de silencio. Visto así porque la ocasión lo requiere, desnuda el alma y los ojos abiertos a las formas de los ángeles inventados. Conviene, cada cierto tiempo, escuchar el propio ritmo, el diálogo interior, día o noche, revisarse las angustias y los entusiasmos, poner en orden esperanzas, si aún se hallan en stock... Pero sobre todo, conviene no olvidar que sólo en libertad se es verdaderamente y que sólo se conserva aquello que no se amarra.

Ahora, bajo el telón oscuro de la noche, tal vez asista a la representación de los fantasmas que me acompañan. Y si se atreven a perder su nebulosa forma, puede que les invite a la tisana de medianoche.
 







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