La cuestión era…
Pienso. Diván enternecido.
No, no me lo diga, no quiero oírlo.
El techo tan limpio, ni una telita de araña, ni el hombre idem que trepa.
Labios pronunciando y
lento, adentro, viajo…
Vía láctea derramándose en el interior del universo.
Es la duda, ¿sabe? A veces también el miedo.
Pero lo dijo, lo dijo, lo dijo…
Camino.
La medida obsesiva en el teclado pasmado
y la mesa del bar
y el cristal
la lluvia biselada
la libreta debería ser cuadriculada
los renglones me pierden
no me atrevo
y a un T.Q. directo
el vuelo abierto sobre la nube más densa
y el cuarto menguante enredándote
en la ficción que suena
te escribo como me da la real gana
y si no existes en ese planeta del beso
cambio las coordenadas
me sitúo en tu mapa
el de tu hombro y tu espalda
en tus brazos y tu mirada
libero el ancla y me elevo
ya casi lo he tecleado…
… ha despejado
el jardín perfecto de los vientos y la cometa
la infancia te colorea el agua
la infancia te colorea el agua
la melodía que baja hasta el eje
siente hasta el hueso de cada historia
te ata a la pupila del día y de la noche interior
y sin reproche
disfraz hecho jirones
a los pies de la cama solitaria
me duermo
ya mismo
escuchando la corriente clara
tu voz baja flotando…