martes, 16 de marzo de 2010

Imagina XII


En 30 o 40 años, dispondremos de máquinas microscópicas que viajarán por nuestro cuerpo, reparando las células y los órganos, para acabar con las enfermedades. La nanotecnología se utilizará también para almacenar nuestros recuerdos y personalidades.


En una entrevista realizada al escritor y futurista Ray Kurzweil en Computerworld, éste afirmó que cualquiera que esté vivo para el 2040 o 2050 podría estar cerca de la inmortalidad. El rápido avance de la nanotecnología implica que la condición humana evolucionará hacia una colaboración hombre-máquina, ya que los nanobots fluirán por nuestro torrente sanguíneo y llegarán incluso, algún día, a reemplazar a la sangre biológica. (www.nanotecnologia.com)

* * *

Walter hizo una maniobra a considerable velocidad y aparcó el coche en un lateral del Instituto. Subió rápidamente las escaleras de la entrada y se dirigió al despacho de George.

-¿Has localizado a Greg?

-Sí, tranquilízate, está de camino, le envié un coche. Dudaba, al parecer no se encuentra demasiado bien, dijo que estaba muy cansado. En realidad llamó porque quería hablar contigo, lo que le sucedió le causó una fuerte impresión y al no encontrar una explicación lógica pensó que podía consultarte. No creo que lo relacione con el experimento.

Walter caminaba por el despacho con nerviosismo mientras escuchaba a su compañero.

-No comprendo qué es lo que te inquieta tanto, aún siendo consecuencia del experimento, Greg, firmó toda la documentación, estaba informado de en qué consistía y de los posibles riesgos.

Walter siguió en silencio durante unos minutos.

-Voy un momento hasta mi despacho. ¿Cuánto hace que salió el coche?

-Unos diez minutos, todavía tardarán al menos media hora en llegar.

Ya en su despacho, Walter, llamó a Dunia.

-Hola, cariño, qué tal estás.

-Tranquilo, estoy bien, me acostaré en unos minutos. No te preocupes, no he vuelto a marearme desde esta mañana.

-Está bien, pero promete que me llamarás si sientes algo fuera de lo normal.

-Lo haré. Nos vemos mañana. Un beso.

Dunia dejó el móvil sobre la mesa y se asomó a la ventana. La calle estaba vacía y comenzaban a caer unas gotas de lluvia, como con desgana. Sintió un escalofrío y una imagen pasó como un disparo por su mente. Eran unos ojos que la miraban fijamente, pero la imagen había desaparecido con tanta celeridad que apenas había dejado residuo en su recuerdo.

Walter, en el Instituto, volvió al despacho de George.

-Qué te explicó exactamente Greg.

-Bueno, tuvo algo similar a una experiencia extrasensorial, según la explicación que me dio. Sin embargo, hay que tener en cuenta que cuando hicimos los exámenes psicológicos, tuvimos presente la especial sensibilidad de los participantes. Greg era especialmente sensible y sugestionable.

Walter pensó en la parte oculta de experimento que no conocía George y rememoró el rostro demacrado de su novia.

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