martes, 29 de diciembre de 2009

29/12/2009 - Martes.




"Se sujetan nuestras cosas entre lo impuesto y lo deseado, y no resulta fácil caminar ligero, pues tanto lo que se nos cae sobre las cabezas, el cielo y la ruina, por ejemplo, como lo que nuestras cabezas buscan por encima de los cielos, el placer, la seguridad o la gloria, va construyendo con el tiempo, con el diminuto martillo de los días, una vallita alrededor del jardín. De lo que tenemos en casa ya lo sabemos todo, o al menos sabemos cuánto aprieta y qué poco lugar va quedando para una suposición de inocencia entre las necesidades inmediatas y las agotadoras responsabilidades. Encontrar, además, el jardín cercado, nos va robando el mundo y la felicidad de sus paseos. Para escapar a lo nuestro, nos queda entonces lo otro. En el límite de lo otro no hay más remedio que aceptar la feroz cara de la infidelidad, una idea tentadora que no empieza ni termina en el asunto amoroso, sino que levanta con enorme arrogancia una condena para cada una de nuestras íntimas exigencias, en la zona más dulce encontramos el disfraz, que siempre arrastra un engaño, y a la sombra de lo sensato, nos hemos de conformar con el interés desmedido que despiertan los peces raros entre las almas sensibles". (UN CORAZÓN DIFERENTE, Ray Loriga - 13/12/08 - Babelia)

* * *

Mal interpretar la razón de la lluvia es no saber hasta donde llega su propósito, la metáfora de tantos días arrugados entre metales. Hay quien diría, sin duda alguna, que la pretensión es doblegarnos en la maldición de una cama demasiado ancha, o todo lo contrario, o situarnos estáticamente en el centro justo de un sofá, como si ese eje disimulara los márgenes vacíos. Si le preguntásemos a la hierba, puedo imaginar algo como un suspiro amoroso, el final de la fatiga, el llanto contenido... Presuponer que estos días, en los que la venta de sombreros, impermeables y paraguas aumenta, ocultan la secreta intención de dirigir nuestra mirada hacia libros a medias en nuestras estanterías, libros a la espera..., sería arriesgarnos a introducirnos en el incierto mundo de las fantasías.

Sin embargo, esta falta de celestes en las alturas, añiles de atardecer y destellos nocturnos, me inclina a pensar en páginas ya leídas y siento la necesidad de revolverle el significado a las líneas del pasado, como si me hubiese crecido el alma de pronto y necesitase recuperar viejos amigos, tal vez en la equívoca creencia de que con ellos quepa alguna posibilidad de recuperar lo perdido o lo olvidado en la distracción provocada por el trajín vital y la velocidad de las decisiones inmaduras, esa atractiva improvisación que suele calzar la vida en los primeros años de la juventud. (Juro que mi primera intención era menos extensa, pero llegué hasta aquí sin hallar momento para los puntos seguidos o los puntos y aparte).

Además de la nostalgia, se vende en estos días tan raros la recién salida palabra (que no la palabra SALIDA/ EXIT) de conocidos y desconocidos en la pecera de "almazenes" y locales dispuestos a tal fin.

Prefiero que la próxima palabra LLUVIA se diga circunscrita al lazo y dentro la voz amada.



ME GUSTA

Seguidores

"Te podría contar..."




Archivo del blog