oscurecido, el cuarto, parece más pequeño,
las paredes se acercan en sombras unas a otras,
el ocaso de otoño pone luz de tormenta,
mis sentidos confusos trepan por las siluetas sombreadas de los muros...
se acerca la noche sin amenazas,
apenas está agotándose el día,
el azogue turbio del crepúsculo sólo devuelve mi espíritu,
hoy también te eché de menos
y desmadejé los fósiles de tus mentiras,
nada es recuerdo ya sino testimonio incierto,
en los rincones de la habitación bajo la penumbra
se asientan todas las dudas de otro tiempo,
invoco, a veces, tu forma exacta y me disuelvo en arrepentimiento,
tú no dices nada, ni siquiera los Oniros te traen,
un ser nocturno adelanta su paso
y ríe ante el templo del oráculo
la oscuridad lo ha cubierto todo, incluso tu nombre