En la altura de la azotea, el silencio, ahogando los rumores de la ciudad despierta, es una melodía en la que danzan los pensamientos de Amanda.
Todavía es capaz de volver a aquellos lugares y a todas las emociones de aquellos años.
Descubrimiento. Una llave abriendo puertas. La magia era eso, se dice. Después, qué ocurre después.
Reacomoda la inquietud de su cuerpo en la silla y se repite la pregunta, qué ocurre después.
Por qué en todos esos años no había dejado de escribir en sus cuadernos, descubrió algo distinto a lo que fueron sus primeras líneas en, aquél, su primer diario.
Supone que ama escribir esos diarios.
Y amar...
Se levanta, se asoma a la barandilla y toma conciencia de la distancia que hay hasta el suelo, respira profundamente, enciende un cigarrillo y pasea por la terraza.